miércoles, enero 31, 2007

180 días

Están equivocados todos los análisis sobre los seis primeros meses del actual gobierno. Nada que el presidente está medio loco o que tiene una estrategia maquiavélica para capturar las instituciones, como han venido discutiendo varias semanas los sicólogos políticos y los sociólogos de coyuntura. La variable que nadie ha puesto a la discusión, porque no la vieron, se resume en dos palabras: Velásquez Quesquén.

Como lo ha oído. Hemos estado semanas discutiendo sobre el retiro o no retiro de la Corte Interamericana de Derechos Humanos creyendo que este era un objetivo gubernamental y de pronto nos enteramos que el señor Velásquez Quesquén, coordinador de la bancada del APRA en el Congreso, el ministro de la producción Rafael Rey, el secretario general del APRA, sólo representaban su opinión personal cuando hablaban del retiro –total o parcial- de ese organismo, mientras que el presidente estaba convencido que debíamos seguir dentro.

Todos escuchamos al señor García Pérez decir que los fallos indignantes de la CIDH no se acatan; que habían mil 200 terroristas haciendo turno para sacar una sentencia a su favor que iba a llevar al Estado a la quiebra (o sea de lo único que se ocupa la Corte es de terroristas); que el señor Baldeón asesinado en 1990 cuando lo interrogaban en una base militar era también terrorista y que su caso, resuelto en febrero de 2006, “acababa de llegar a manos del presidente”, etc. También lo vimos convocar a las masas de Kuori y Moyano hasta el patio de Palacio de Gobierno y arengarlos por la pena de muerte, sabiendo que somos suscriptores de un tratado internacional que nos impide reinstalar dicha pena, que es el mismo que creo la Corte de Derechos Humanos, y que tendríamos que renunciar a dicho fuero para volver a activar los pelotones de fusilamiento.

Entonces: ¿cómo es que llegamos a dudar que García se iba a someter a la Corte, como cualquiera se somete a un tribunal de justicia y de dónde salió esa especulación tenebrosa de que se repetiría el ridículo internacional que protagonizó Fujimori en 1998 cuando dijo que se retiraba parcialmente para los casos de terrorismo y dejó que los procesos siguieran agobiando al Estado peruano? ¿Acaso no estábamos enterados que el ciudadano García Pérez había circulado varias veces por esa Corte y su Comisión adjunta, dónde se tratan puros casos de terroristas, para que viera lo de la prescripción de los procesos que se le seguían por delitos contra el patrimonio durante su primera gestión y su regreso al país para volver a postular a la presidencia?

Claro que el doctor García no cobró las indemnizaciones que le otorgaron porque el no necesita dinero para vivir. Pero ese no es el punto, sino que él, a diferencia de Velásquez Quesquén y otros, es hincha de la Corte, aunque esta a veces se equivoque y la corrija amablemente.

Lo mismo con el caso del antejuicio a Toledo por aceptar ante la Corte que la matanza de presos rendidos en 1992 era una violación de derechos humanos, que por supuesto fue una idea de Velásquez Quesquén que la lanzó en el patio de Palacio en compañía de Mulder, después de reunirse varias horas con el presidente, con el que no trataron nada sobre este tema. Pura iniciativa del buen Javier, cuando Alan García quiere tanto a Toledo que tiene a varios de sus antiguos ministros y funcionarios al lado suyo, y ya está buscando otros.

No será, digo yo, que uno de estos días nos enteramos que lo de la pena de muerte y el referéndum para saber si matamos terroristas, violadores y otro material desechable, era una campaña de Velásquez Quesquén y el presidente nunca dijo nada sobre esto.

Y que lo de las ONG, también salió del cerebro del coordinador de la célula del APRA en el Congreso.

Tal vez haya sido Velásquez Quesquén disfrazado el que bailó en Ventanilla e hizo esos gestos de estreñimiento, propio de las ideas políticas que ha estado expresando últimamente.

Y debe ser él, quién le ha otorgado un aire de demasiado fujimorismo al régimen de los seis meses por eso de andarse abrazando con Santiago, Keiko y las Marthas.

Ustedes creían que el problema era evaluar al presidente. No señor, el problema era Velásquez Quesquén. Por eso por estos días lo tienen paseando por China, mientras el presidente está aclarando los equívocos de la última crisis política y los sabios del partido van viendo que hacer con él.

31.01.07

martes, enero 23, 2007

El ojo que llora y el que mata

Una marcha pro terrorista acaba de fracasar en Lima, según el titular del diario “Expreso” del día lunes.

Acompañé la marcha, así que puedo hablar de la clase de “terroristas” que iban en ella.

Ocho campesinos de Chaca, Ayacucho, que estuvieron injustamente encarcelados por el gobierno de Alan garcía, que no ha logrado resolver quiénes fueron los responsables de la emboscada y matanza en la curva de Machente, a inicios de diciembre.

La viuda de Teófilo Rímac Capcha, dirigente del FOCEP e Izquierda Unida, en Cerro de Pasco, muerto en manos del ejército en 1986.

La madre de Jorge Amaro Cóndor del caso la Cantuta y otros familiares de los nueve estudiantes y el profesor asesinados por el grupo Colina.

La Sra. Angélica Mendoza de Ascarza, madre de Arquímedes Ascarza, desaparecido en 1983

Ramiro Niño de Guzmán; quien perdió a sus cuatro hermanos (desaparecidos) en la localidad de Capio orco en Abancay, Apurimac.

Eudocia de Gavilán, esposa del guía de los periodistas de Uchuraccay, muerte el año de 1983.

Familiares del estudiante de la Universidad Católica, Ernesto Castillo Paez, desaparecido en 1990.

La Sra. Zenaida Fernández, quien sufrió la desaparición de su padre Nemesio Fernández.

Crispín Baldeón, hijo del campesino de 68 años Bernabé Baldeón García, torturado y muerto en el distrito de Independencia – Vilcashuaman – Ayacucho, producto de las torturas a las que fue sometido en septiembre de 1990, calumniado por Alan García como terrorista hace pocos días.

Juntos con todos estos tremendos terroristas iban algunos dirigentes de las organizaciones de derechos humanos, activistas de iglesia, jóvenes, y uno que otro personaje como yo, hastiado del clima autoritario y mortícola con que García esta cargando al país.

Que la defensa del Ojo que Llora merecía una mayor presencia y una movilización contundente, no me cabe ninguna duda.

Pero que aquí, el señor García M. puede decir terrorista a quién le parezca sin la mínima responsabilidad por lo que va diciendo, y enjuiciarme a mí por señalar que tiene relación con el negocio de la privatización de los aeropuertos, por la que hacía apasionada campaña periodística en nombre del “interés nacional”, tampoco puede discutirse.

Invito a todos, incluido el director del diario azul de ideas pardas, a asistir al Ojo que Llora y buscar la placa o el cartel que indique los fines que le asigna y supuestamente corrompen el alma de los visitantes del Campo de Marte.

La parte donde se menciona que hubo una guerra, un conflicto, terrorismo, subversión, algo y se explica cuál debe ser la mirada correcta sobre estos acontecimientos. La indicación acerca de que alguna vez funcionó una Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR), que ciertamente fue inspiradora del proyecto.

Alguna condena a los militares que violaron derechos humanos, a los gobiernos que permitieron que esto ocurriera, a los subversivos que se alzaron contra el Estado. Una discusión sobre la cifra de los muertos. Una indicación sobre qué tipo de muertos se conmemora y a cuáles no.

¿Por qué un monumento que guarda respetuoso silencio por la tragedia del Perú enfrentado, que quebró hogares, borró pueblos, empujó poblaciones de un lado a otro, causa tanta irritación en el corazón de alguien que hasta donde se sabe nunca estuvo frente a un riesgo verdadero, como si lo estuvieron muchísimas personas, especialmente de la sierra y de la selva, entre ellas varios de los que marcharon en Jesús María?

Lo que lo desespera no está en las palabras que el Ojo no dice. Ni en los nombres que han sido colocados discretamente en las piedras por los familiares o los activistas de derechos humanos. Si sólo intentara discernir quiénes son los muertos que pueden ser conmemorados de aquellos que, después de la vida, se encuentran todavía fuera de la ley, se encontraría con graves problemas:

¿Habrá alguien en condiciones de establecer a estas alturas si los desaparecidos con nombre propio eran simpatizantes senderistas, cuando nunca se le pudieron levantar cargos o se dictó alguna sentencia, porque se evaporaron en manos de sus captores? ¡Y son casi 9 mil desaparecidos que sus familiares nunca volvieron a ver!

¿O tal vez habría que expurgar entre las víctimas del grupo Colina para saber si acertaron alguna vez con alguno de sus ejecutados y le dieron a un senderista y declarar que ese que murió junto a un inocente no merece ser recordado?

¿Quién propone discutir cuántos de los militares y policías muertos previamente cometieron actos contra los derechos humanos? Y se podrían dar ejemplos, pero igual van a quedar muchos que no sabemos.

¿Cómo juzgar a los ronderos que durante años pertenecieron a Sendero y luego se pasaron a la antisubversión, y en ambas condiciones participaron de crímenes atroces?

Y a los políticos asesinados por los pelotones de aniquilamiento, ¿los habrá vuelto mejores su encuentro adelantado con la muerte?

La guerra, como lo saben mejor que nadie los militares, esta llena de atrocidades, pero la peor de todas es la guerra misma. De eso trata el Ojo que Llora, de que los peruanos debemos evitar matarnos entre nosotros y tratar de encontrar la manera de resolver nuestros hondos problemas por otros medios.

Una de la maneras de salir adelante es respetar el dolor, el sentimiento de desagarro, de los que tuvieron pérdidas irreparables en el conflicto. Pero hay quienes no entienden eso. Imaginan que la única manera de sentirse seguros es seguir matando. Creen que eso fue lo que los salvó una vez y lo que los protegerá para siempre.

El otro García, el de la presidencia, lo ha captado y está haciendo una cruzada por la eliminación precoz de terroristas antes que sea tarde (más o menos como las guerras preventivas de Bush). Y García M. de “Expreso”, contribuye convirtiendo en pro terrorista todo lo que no piensa como él.

Hay ojos que lloran para que el Perú no sea un territorio desangrado. Para que reaccionemos a las injusticias, para que redistribuyamos mejor, para que el Estado responda al interés de todos; y hay ojos que nos advierten que la victoria sido suya y que nadie les toca más sus privilegios, y que los demás no tienen derecho ni a llorar.

¿Qué están preparando?

23.01.07

www.rwiener.blogsopt.com

domingo, enero 21, 2007

Alan va a terminar matando

Ayer, en el patio de Palacio de Gobierno, las masas que Kuori y Moyano le sacaron a las calles vitoreaban a García con dos estribillos insistentes:

- Sí a la pena de muerte

- Alan sí cumple.

A lo que el hombre de los balconazos de los 80 respondía impávido que en este país estamos acostumbrados a que los presidentes no cumplan con su palabra y a no respetar la voluntad popular que en un 82% está por la pena de muerte.

Y este es el tipo que había dicho hace unos días que había puesto el tema de la pena capital en manos del Congreso y que no volvería a pronunciarse sobre el mismo.

Y el que declaró que la evaluación de los profesores no era punitiva y luego dijo que quiénes no se evaluaban se quedarían sin nombramiento.

Para no mencionar que es el mismo de la libre desafiliación de las AFP, de la eliminación de la renta básica, del restablecimiento de las constitución de 1979, del impuesto a las sobre-ganancias, del agua potable para medio millón de peruanos en seis meses, del schock de inversiones, etc.

¿Y vamos a hablar de promesas y mentirosos?

En los 90, Fujimori tomó el asunto del terrorismo como pretexto para declarar que la clase política y las instituciones eran débiles para aplicar las medidas que supuestamente eran necesarias para pacificar al país, y luego de varios meses de apelar a las masas y a las encuestas, sacó lo tanques a la calle e impuso una dictadura.

Entonces para demostrar la eficacia de la mano dura hizo asesinar 42 presos desarmados en el penal Castro-Castro y nueve estudiantes y un profesor de la Cantuta, entre otras muestras del tamaño de su coraje.

García está recorriendo aquellos pasos que llevan a la crisis institucional. Olvidando quién es él y a qué partido representa, se ha lanzado a una batalla contra los políticos tradicionales, y los está enfrentando con un nuevo pretexto: su debilidad ante las violaciones de menores y ante los terroristas que puedan aparecer en el futuro.

Y si sigue así -y está siguiendo el libreto-, va a terminar en un dilema del que no va a escaparse: o elimina los obstáculos que tanto denuncia: Congreso, Poder Judicial, Tribunal Constitucional, Defensoría, Contraloría y partidos políticos, usando el poder que tiene a su cargo; o decide convivir con ellos reconociendo su propia debilidad.

Y llegado el momento va a tener que matar. Como le pasó a Fujimori. Porque no se puede soliviantar a la gente con miles de necesidades insatisfechas, diciéndoles que su primer problema es que los violadores y terroristas siguen vivos, y después no dar pruebas materiales de que se inicia una nueva etapa. Otra cosa es que a medio o largo plazo las muertes plebiscitarias se vuelvan contra este nuevo Pilatos y la gente termine increpándole por un nuevo engaño. Pero eso no es ahora.

Así que no es exagerado decir que García se está metiendo en una vía sin regreso. Pensar que todo esto es sólo una maniobra para salirnos de la CIDH, un sicosocial para aumentar su popularidad, una cortina de humo para tapar otros problemas, es a estas alturas hacerse ilusiones de que la fiebre mortícola es sólo pasajera y ya se cubrirá con otras cosas.

Pero no. García está dando entender que no se va a detener hasta que el paredón esté instalado y el fujimorismo y el trío fascistón de la prensa (“Correo”, “Expreso”, La Razón”) están metiendo carbón para que no se detenga. Sé Thatcher con los sindicatos, Bush con la pena de muerte, Fujimori con las instituciones. Muerte o muerte, García, tú si puedes.

20.01.07

www.rwiener. blogspot. com

martes, enero 16, 2007

Alan García cumple sus promesas

Lo que los voceros del gobierno nos han querido transmitir en estos días es que el tema de las elecciones del primer semestre de este año, fue el de la pena de muerte. No era ni la pobreza del 50% de la población, ni la mala distribución de la riqueza, en medio del auge de las materias primas y las exportaciones; ni la Constitución de 1979 o la Asamblea Constituyente; ni el TLC, las AFP, la renta básica, las sobreganancias mineras, el agua para todos, los derechos laborales para que los trabajadores participen del crecimiento u otras cosas que creímos haber escuchado. En realidad de lo que estuvo hablando todo el tiempo el candidato bailarín es de fusilar violadores de menores y terroristas precoces antes que sea demasiado tarde, como punto de partida para construir una sociedad feliz. Vuelvan a estudiar lo que debatía con Humala en el Museo de Antropología de Pueblo Libre y el contenido de sus dos discursos en el Paseo de la República, para que vean que todo estaba clarísimo.

El cambio responsable quería decir cambio con pena de muerte. El gobierno de la concertación, porque nadie es mayoría en el Perú, significaba concertar con los que están por la pena de muerte (fujimorismo), y si esto equivale a pelearse con el resto entonces que muera la concertación. Eso de la clase política tradicional que se encuentra de espaldas al pueblo, es sobre pena de muerte. ¡Cómo iba a ser de otra manera! Lo que le queda al APRA de izquierda democrática es la pena de muerte. Y un largo etcétera. La clave para que García supere su gobierno anterior –que es su obsesión de todas las noches, antes de tomar sus pastillas-, es que esta vez haya pena de muerte. ¿Cómo fue que no nos dimos cuenta de que este punto era todo un programa de gobierno y estuvimos reclamándole por otros asuntos de menor cuantía?

Si García logra fusilar algún violador o terrorista, le perdonaremos su alianza con los ricos de Lourdes Flores a los que marcó durante la campaña. Le diremos que no importa si la Constitución es la del 79 o la del 93, porque para sacar la pena prohibida habrá tenido que violar las dos. Nos olvidaremos de la libre desafiliación de las AFP y seguiremos presos de sus nuevos amigos banqueros que son los dueños de estas instituciones que ganan plata con las jubilaciones. Comprenderemos que tampoco lo de la renta básica se pudo, porque los españoles nos hubieran enjuiciado internacionalmente. Nos contentaremos con un “aporte minero voluntario” que nadie ve, porque si poníamos impuestos nos hubieran enjuiciado internacionalmente y ya no vendría la inversión. La gente sin agua no se molestará con su presidente que viene a bailar con casaca a los arenales en pleno verano, porque sabe que este hombre está detrás de resolver lo de la pena de muerte y no tiene todavía tiempo para la promesa de dotar de agua a medio millón de personas en sus primeros seis meses. Dejaremos los derechos laborales para otro gobierno y continuaremos preguntándonos cuál es el papel de De Soto en el TLC.

Todo podrá ser tolerado si vemos que Alan García cumple su más importante promesa electoral, aquella por la que regresó de Francia, por la que pateó al señor Lora, por la que recurrió a la CIDH para conseguir la prescripción de sus delitos. Entonces será un modelo de político cumplidor en un país donde hay tanto político incumplido. Sí señor. Que AGP cumpla una promesa ya es bastante para justificar estos cinco años de gobierno. Imagínense todo el recorrido que queda por delante sobre este tema, los discursos que va a poder lanzar, las masas que reunirá gritando viva la pena de muerte. Haremos más votaciones en el Congreso. Plebiscitos. Desplantes a la CIDH. Seremos una sociedad dividida en torno a si el Estado puede matar legalmente o no.

Y además está el agregado de que esta discusión sobre la pena de muerte está definiendo a los fieles del presidente y a aquellos que integrarán la nueva clase política que gobernará hasta el 2011. Un caso es el de la maestra Cabanillas que ha descubierto que el artículo 32 de la Constitución que prohíbe el referéndum sobre derechos fundamentales, es “absolutamente parcial”, porque protege la vida del asesino y no del asesinado, lo que demuestra que ella también debió ir a la evaluación ya que no tiene ni idea que es el Estado quién debe proteger y hacer cumplir los derechos, y que cuando los violadores son elementos no estatales se les aplican los códigos de justicia. Las normas sobre derechos humanos existen para regular a los Estados. Pero lo que doña Meche está diciendo es que cómo el derecho a la vida es agraviado por los delincuentes, también el Estado debe poder agraviarlo. Como en el penal Castro-Castro, el Frontón y otros laboratorios recientes. Y, bueno, a su lado van Mulder, Velásquez Quesquén, Cuculiza, García Belaúnde, Rey, Martha Chávez, Chang y otros que nos están anunciando con sus puras caras las políticas que se vienen.

Así que la pena de muerte tiene muchos beneficios. Sobre todo que la gente no se va a estar preguntando sobre el tamaño de su salario o de su hambre; o sobre las riquezas que salen de las regiones y el país; o sobre los impuestos que no se cobran a la bolsa; ni sobre la crisis de la agricultura y el Agrobanco a punto de convertirse en banco de los exportadores como Chlimper y otros; o sobre la falta de inversión de desarrollo; etc. ¿Qué nos ofrece García a cambio de todo esto? Muy simple: pena de muerte.

16.01.07

www.rwiener.blogspot.com

domingo, enero 14, 2007

AGP organiza su propia crisis

Como no podía ser de otra manera, Alan García consiguió organizar su crisis política propia, sin la ayuda de nadie. Entre sus mejores logros de esta semana inolvidable se pueden mencionar:

(a) haber conseguido la primera derrota de su partido en una votación importante en el Congreso, alrededor de la propuesta de pena de muerte para los terroristas;

(b) haber puesto en inolvidable ridículo a casi todos sus ministros y a los principales voceros de su partido, obligados a traducir locuras y asumir el riesgo de ser desmentidos, como ocurrió a Del Castillo en el asunto de los campesinos de Chaca;

(c) haberse dejado corregir por la ministra de justicia, la defensora del pueblo, el presidente del Tribunal Constitucional y otros, en su iniciativa de hacer una votación sobre la pena de muerte, que está constitucionalmente prohibida porque no se puede votar contra los derechos fundamentales, y que ha conseguido empeorar al decir que se votará también por cambiar dicho artículo, es decir que votaríamos para autorizar que los derechos humanos puedan ser recortados por necesidades del poder;

(d) haber demostrado que los maestros no son los únicos que no saben sumar y conceptuar, con el formidable intríngulis armado con la cifra de 1,200 casos pendientes de sentencia en la Corte Interamericana, que lanzó el presidente, cuando sólo había un caso pendiente, que ha hecho salir a una ministra diciendo que 400 casos, sumando los de la comisión y la Corte, los activos y los en abandono, los resueltos y no resueltos son más o menos los que dijo García, y a otro diciendo que él tiene una secretaria en la Corte que le ha dicho que lo que afirmó el presidente es verdad si se cuentan los casos desde que comenzó la Corte en 1979;

(e) haber convertido al partido de Humala en un baluarte de la defensa de la democracia ante los avances del autoritarismo (rechazo a la pena de muerte, exigencia de respeto a los fallos de la CIDH y anteriormente voto en contra de la ley contra las ONG), sin que hasta ahora haya uno sólo de los intelectuales que lo declararon autoritario y caballo de Troya del fuji-montesinismo que se rectifique y admita que el verdadero caballo de las elecciones estaba en otra parte;

(f) haber elevado a Toledo al papel de adalid de los derechos humanos al intentar acusarlo ante el Congreso por haber admitido que la matanza de los penales de 1992, fue un acto contra los derechos humanos;

(g) haberle devuelto a Lourdes Flores el liderazgo sobre el PPC y Unidad Nacional, que se había diluido con el juego propio de Rey, Castañeda y Flores Áraoz, y a partir de la identidad de propuestas económicas, al punto que la gordita se ha permitido decirle caprichoso, arrogante y lo peor que podía salir de su boca, que está volviendo el Alan de 1985;

(h) haber terminado de quebrar la unanimidad prensa que lo acompañó en la segunda vuelta de las elecciones, quedándose reducido al soporte editorial de Aldo M., los titulares truculentos de García M. y la impunidad para la mentira de La Razón;

(i) haberse enemistado radicalmente con la mayoría del magisterio, no sólo por el mecanismo de la evaluación que nadie sabe para qué va a servir salvo para transferir dinero a Universidades e Institutos capacitadores, que son los mismos que formaron a los profesores hacia los que hay tantas quejas, sino porque ha puesto en suspenso los aumentos y mejoras laborales, mientras ha desatado una descarada ofensiva contra su sindicato;

(j) haber inquietado al mundo del baile en el que salseros, reagetoneros, chicheros, roqueros, han iniciado una discusión sobre los pasos ensayados por el presidente del Perú en una ceremonia oficial en Ventanilla y las expresiones faciales que lo acompañan, que también son comentados por el público común y corriente;

No es poca cosa. Y hay que reconocer que sólo AGP es capaz de desacomodar el escenario político tan profundamente en tan corto tiempo. Recuérdese como fue lo de la estatización de la banca que cayó en cielo sereno, armó una crisis de la patada y terminó con el gobierno en el suelo y la banca en manos de sus mismos dueños. Hoy las apuestas son que no conseguirá inhabilitar a Toledo, menos con esa acusación cantiflesca que Velásquez Quesquén dice que es sólo suya, mientras todos los voceros oficialistas declaran que es del gobierno. Tampoco logrará imponer la pena de muerte, haga lo que haga, y lo retirará de la agenda cuando la gente se canse de mover el tema. No va a poder sacar al país de la CIDH ni incumplir los fallos, aunque se demore en hacerlo. No va a poder dar un paso coherente después de la evaluación que le muestre al país que se está enfrentando la crisis educativa. Pero tampoco va a poder mantener la tesis todo maestro es un burro, porque tendría que asumir que los que fueron a su evaluación y acataron su exigencia son los deficientes y pelearse con ellos. Por eso es que contra todo lo previsto los resultados globales han quedado guardados, para frustración de los tituleros de la prensa nacional.

¿Por qué tiene García tanta afición a preparar sus propias derrotas? No tengo una respuesta definitiva. Pero puedo decir que el mecanismo siempre ha sido el mismo: háganle creer que es un gran tipo, que es el presidente más joven o el más maduro, el más inspirado o el más autocrítico, y en algún momento se raya. Es entonces, cuando empiezan a decirle no eres tanto, cálmate viejo, desacelera, que don Alan vuelve a acelerar, trata de superar al del día anterior, la hora anterior, etc., imagina que los errores de sobre-exposición se corrigen con sobre-exposición, etc.

¿Estamos caminando al colapso? No lo sé. Puede que retroceda después de llegar al clímax y se calme por un tiempo. Pero volverá a recaer más adelante. Puede que la locura de estos días siga a todo tren. Con García nunca se sabe.

14.01.07

http://www.rwiener.blogsopt.com/

jueves, enero 11, 2007

¿Y si nos deshacemos de una vez de Humala?

No tengo ninguna duda que lo de la oficina de registro de organizaciones políticas del JNE que informó que el Partido Nacionalista de Ollanta Humala estaba en el grupo de los que perderían su inscripción por las causales de ley: no haber alcanzado el 4% de la votación nacional o no haber participado en el proceso presidencial del 2006, no es ningún error de burócrata distraído. Por ahora se sabe que el presidente del organismo ha explicado personalmente a dirigentes y parlamentarios del PNP que la inscripción va a permanecer y que se respetarán escrupulosamente las normas. Pero ya ha habido un festín periodístico que ha puesto en circulación dos ideas desconcertantes:

- Ollanta no participó en las elecciones.
- El lugar de su partido es con aquellos que tuvieron votaciones detrás del punto decimal.

Y todo tan normal. En el Perú se puede ganar la primera vuelta por casi un millón de votos sobre el siguiente y lograr 6 millones de sufragios en segunda vuelta (47.5%) contra todo el sistema de partidos tradicionales, y un año después quedar cancelado. O por lo menos tomar en serio esta posibilidad, como para lanzar tremendos titulares alrededor de ella. Hace exactamente un año, el FIM –entre otras maniobras-, promovió una tacha contra la candidatura de Humala por la UPP, porque éste figuraba como presidente y militante del Partido Nacionalista que había alcanzado su inscripción a comienzos de enero, haciendo como que no se daba cuenta que el nuevo partido ya no podía cumplir con los requisitos para la designación de candidatos (elecciones generales o congresos partidarios) porque estaba fuera de plazo debido a las demoras de la ONPE para reconocer las firmas. En esos días –como siempre-, Aldo M. dijo en su columna de “Correo”, lo que muchos sentían: que una tacha estúpida, puede ser también una buena tacha si se dirigía a ahorrarnos problemas mayores. Pero la presión social de esos días era demasiado alta como para que el JNE o cualquier otro órgano oficial osara desafiarla.

Lo que resolvió el JNE ante el recurso de tacha debería, sin embargo, cerrar cualquier debate sobre la vigencia actual de la inscripción del nacionalismo. En resumen lo que se estableció entonces fue que no había incompatibilidad en que Ollanta Humala postulase por elección de otro partido, en tanto la demora de inscripción del suyo le impedía hacerlo de manera de cumplir con el procedimiento que estaba fijado para la determinación de las candidaturas. Esto significaba que se reconocía que el Partido Nacionalista no podía ser parte formal del proceso del 2006, como seguramente hubiera querido, y que la inscripción legal adquirida con el respaldo de muchísimos adherentes tenía que dejarse en suspenso en sus principales efectos (permitir la participación en procesos electorales) por imposibilidad legal de servirse de ella, lo que hace un total contrasentido que ahora se haya podido decir que se anula porque no participó, cuando se había aceptado que no se podía participar. Obviamente si sólo nos limitáramos a revisar el contenido de la resolución sobre la tacha de enero del 2006, el JNE no tendría otra alternativa que castigar al funcionario que lanzó la noticia confucionista y pedir una disculpa al partido de Humala. .

Pero lo que no se puede decir es que en el Perú no pueda suceder que una aberración lanzada como al azar se pueda convertir en una decisión política. Fujimori dio muchas muestras de eso (destitución de miembros del Tribunal Constitucional, retiro de nacionalidad de Ivcher, etc.) y hoy que estamos de regreso por ese clima político, es claro que las cosas más inesperadas pueden volver a suceder. ¿O acaso no estamos viendo el signo kafkiano de las denuncias judiciales que en cascada están cayendo sobre el comandante y que llegan a sostener que es posible dirigir la toma de una comisaría en Andahuaylas, desde Corea, al otro lado del planeta, basado en una interpretació n subjetiva de las declaraciones y proclamas de esos días?

Después de todo la premisa con la que se supone están trabajando el gobierno, la derecha y sus medios, es que Humala y su partido ya no son nada; que después de la elección de junio y de las regionales y municipales de noviembre, de los tránsfugas y la ruptura con la UPP, de la tonelada de editoriales, columnas, caricaturas, declarando la extinción del humalismo y el nacionalismo, de los juicios y denuncias, ya sólo queda darle la estocada final para acabar con lo que fue un grave peligro. ¿Para qué dejarle un partido inscrito si podemos quitárselo?, ¿por qué dejar una puerta abierta a que el nacionalismo pueda encabezar un reagrupamiento de los radicales del país?, ¿por qué no reducir la oferta de partidos al APRA, Unidad Nacional y fujimorismo, teniendo como supuesta izquierda a ese comodín de la política llamado UPP?

Vuelvo a decir, no tengo ninguna duda que si se les da la oportunidad lo van a encarcelar a Ollanta Humala y no sé que otras cosas más le podrán hacer. Y mientras más crean que ya está muerto, van a querer matarlo otra vez. Eso viene de la profunda herida que ha dejado la votación del 2006 que desbarató los planes de la derecha y los grupos de poder y generó un escenario totalmente impensado que en primera instancia pudo ser capitalizado por Alan García, con su capacidad camaleónica, pero que ha dejado planteadas infinitas incertidumbres sobre lo que puede pasar en el país. Acabar, liquidar, borrar, que no quede memoria de la posibilidad que se abrió en el primer semestre del año anterior. Así imaginan que el fracaso que están protagonizando será menos grave y que podrán salvarse de la ira del pueblo mientras más atomizado lo mantengan.

De alguna manera este mensaje también debería llegar al Partido Nacionalista. Entre la muerte clínica que le diagnostican diariamente sus enemigos y el liderazgo opositor que le reclaman los sectores populares para enfrentar el bloque reaccionario del APRA de Alan García, la derecha y el fujimorismo, hay una gran brecha que no puede ser resuelta con intervenciones esporádicas y esfuerzos desde un parlamento venido a menos. En primera y segunda vuelta, en las regionales y municipales el mandato de los pueblos ha sido indiscutible: separarse del viejo sistema, de la política caduca, de los intereses extranjeros, de la economía que hambrea a las mayorías. Esto se expresó en un momento como nacionalismo y en otro como regionalismo. Lograr la convergencia del país por el cambio es la única manera de cambiar el curso de los acontecimientos. Y mostrar que las esperanzas populares están más vivas que nunca.

10.01.07

www.rwiener. blogspot. com

sábado, enero 06, 2007

De cómo AGP se convirtió en FGT (Fujimori gordo y con tetas)

Algo debe estar mal en mi sentido del tiempo, porque el otro día vi un abrazo del presidente de la república con el recién elegido presidente regional del Callao, que no lograba entender: ¿acaso no era un japonesito, sesentón, delgado, de anteojos, de sonrisa cachosa, el que debía estar apapachando a su delfín al que recomendaba ir frecuentemente al SIN para arreglar sobre su futuro político y el de su familia con Vladimiro que siempre sabía escuchar a los demás?, ¿de dónde ha salido ese gordo, grande y con pechos, hablador hasta los codos, que entre 24 presidentes regionales escogió a Kuori para hacerle sentir, como lo hacían en los 90, tu puedes ser el que me reemplace?

E insisto. Ese Rafael Rey que es ministro de la Producción pero habla de terrorismo, de cortes internacionales de justicia, de traidores que aceptan que matar presos terroristas pueda ser un crimen, y de producción nada, a mi me parece el mismo que hacia discursos a favor de la amnistía a los militares que mataban prisioneros y demás personas indefensas en 1995, porque el Perú debía perdonar a estos asesinos porque nos habían salvado y qué seríamos si nos convertimos en una sociedad sedienta de venganza. El actual Rey dice con toda frescura que es escudero del presidente Alan García. El anterior lo era claramente del presidente Alberto Fujimori. Y para ser todo esto nunca necesitó ser fujimorista o aprista, por lo menos oficialmente. El nuevo Rey denuncia a Toledo como ladrón usando facturas de perfumes y licores, el previo acusaba a García de lo mismo, valiéndose de informes sobre sus propiedades y su participación en los contratos del tren eléctrico, los aviones Mirage y otros.

Leo el diario “Expreso” y encuentro una defensa apasionada de los actos de represión posteriores al golpe de Estado de 1992: ¿no es cierto que en Castro-Castro se mataron dirigentes terroristas que habían hecho mucho daño al país?, ¿usted cree que entre los muertos de La Cantuta no había ningún terrorista?, de dónde se deduce que los que se allanaron ante la CIDH lo hicieron por “puro odio a Fujimori”. Pienso que eso hubiera podido decirse con los mismos términos en el “Expreso” de Dornellas y Althaus; pero en las páginas interiores de una de las ediciones de estos días encuentro una nota de indignada protesta contra la revista “Caretas” que usa el mote de vocero fujimorista para referirse al diario azul, lo que por supuesto no puede ser porque entre las hazañas que cuenta su director y propietario, Luis García Miró, está la de que él echó a los mafiosos fujimoristas cuando pagó la factura del contrato de compra venta por el logo y los activos del “Expreso” que ahora enseña a odiar a los enemigos de Fujimori.

Veo que los Wolferson ya no se esconden en terceros. Ahora quieren a todo titular que los que los enviaron a la cárcel por el negocio de la prensa chicha, vayan a ese lugar por querer indemnizar terroristas.

Todo indica que la posición oficial del gobierno aprista será proponer alguna forma de desacato al fallo de la Corte Interamericana y tomar el pretexto del “homenaje” para poner al Perú en conflicto con el sistema de derechos humanos. Eso fue lo que hizo Fujimori para vergüenza del país, con los mismos argumentos de que sus resoluciones eran una impertinencia y que aquí los del gobierno siempre saben como tratar estos asuntos de terrorismo y no los viejitos pomposos de la CIDH. Lo único que ha cambiado es que el papel de Laura Bozzo lo cumple Aldo M. con mucho entusiasmo.

Tengo grabado en la memoria los bailes de Fujimori que buscaban llevar la política hacia la nada, cubriendo la corrupción y el entreguismo, y la frase mortal de Mirko Lauer: ¿qué hace ese parapléjico bailando en una tarima? En estos días me da ganas de decir: ¿cuánto hemos avanzado para que la diferencia entre dos gobiernos sea la masa corporal entre dos malos bailarines, una malagua gigante en vez de un esqueleto bajo electroshock no parece demasiado para las esperanzas del año 2000, mientras vemos que el país sigue atrapado en los mismos problemas, los mismos métodos y los mismos personajes inescrupulosos?

06.01.07
http://www.rwiener.blogspot.com/

jueves, enero 04, 2007

Ahora sí, que viva el voto tarado

En las elecciones de 2006 los peruanos éramos una mancha de electarados que debíamos ser sometidos a un tratamiento de shock y a una dosis elevada de vacunas periodísticas para que nuestro voto no diera el resultado que tanto temían los medios de derecha, que eran todos los medios en el país.

En el debate sobre el TLC, Aldo M. y su pandilla, estaban absolutamente en contra de someter este acuerdo a una consulta popular (referéndum), porque los asuntos “técnicos” no deben votarse y por las tonterías que podríamos hacer, como por ejemplo pronunciarnos en contra del dichoso documento de Toledo-Ferrero, muy a pesar que entre muchísimas cosas que podrían afectar nuestras vidas e instituciones dentro de su texto se encuentra una explícita cesión de soberanía de la justicia peruana ante tribunales internacionales, para que ellos se encarguen de dirimir controversias de comercio entre el Estado y las empresas privadas, que es de lo que hemos venido hablando.

Algo semejante se ha dicho sobre la propuesta de Asamblea Constituyente, para poder resolver democráticamente el tipo de país que los peruanos queremos ser, al margen de imposiciones golpistas como las del 92-93, y las pretendidas “reformas” que vienen ensayándose desde el 2000, sin participación de la gente. ¿Y qué tal si por el voto los peruanos y peruanas decidían algo tan loco como devolverle capacidad empresarial al Estado, autorizar la revisión de contratos firmados entre el Ejecutivo y las grandes empresas?, ¿o dotar de medidas de protección al empleo?

En las recientes elecciones regionales y municipales ha vuelto a demostrarse, además, que cuando los directores de los diarios y los conductores de programas de televisión se descuidan, no están atentos a la trayectoria de cada candidato, y no nos vacunan a tiempo, se producen casos como los de Puno, Arequipa, Ancash, Cusco y otras regiones donde se han elegido presidentes que tal vez sean peores que Humala.

La idea de una democracia tutelada por los medios ha estado circulando a lo largo del 2006. Sin embargo a pesar de los múltiples riesgos que implica dejar votar libremente a la gente, acabamos de escuchar al ministro Rey recogiendo la idea del director de “Correo”, que propone someter a referéndum el retiro del país de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Aquí sí, que los electarados resuelvan, y que “lo técnico” se vote sí o no.

Y toda esta inconsecuencia basada en la seguridad que la campaña de prensa de estos días nos ha condicionado lo suficiente para aceptar verdades tan evidentes como que:

- La Corte Interamericana ha querido darle plata a la subversión y agregarle un homenaje a los senderistas, por fregar a los peruanos;
- Es una traición al Estado reconocer que durante el tiempo de Fujimori se cometieron crímenes de lesa humanidad (Castro-Castro, La Cantuta, Santa, etc.) y que nadie tiene que responder si los muertos era senderistas o podían serlo;
- Los familiares de los terroristas, son terroristas, mire usted la foto donde protestan porque están matando a sus parientes;
- Los que murieron en condición de inculpados, son también terroristas, y siempre es mejor un posible inocente muerto que un posible terrorista vivo;
- La CIDH no sirve para nada, y nadie que no sea pariente de un senderista, está protegida por ella;

Entonces si ya nos han convencido de todo esto, qué mejor opción que hacernos votar con una de esas preguntas Chichi, que concentran toda la inteligencia que la derecha peruana puede producir:

- ¿Está usted de acuerdo que el Perú se retire de una Corte de Justicia extranjera que quiere homenajear y dar a los terroristas que nos costaron 5 mil millones de dólares, habiendo tantas necesidades irresueltas en el país y habiéndose establecido un plan de austeridad en el Estado?

Pero, aún con una pregunta idiota, no deberían tener tanta confianza en que el país les vaya seguir en sus propósitos. Lo que ha probado la experiencia es que se puede frenar una tendencia del voto (como pasó hasta cierto punto con Humala), pero que es mucho más difícil inducir a votar por lo que los medios quieren (como pasó con Lourdes)

Hay una gran cantidad de argumentos para colocar en un debate serio sobre derechos humanos, lucha antiterrorista y responsabilidades del Estado, que Aldo y sus congéneres están pasando por alto. Por ejemplo:

- Que la corte no es extranjera sino supranacional, lo que significa que el Perú está representado en ella, a través de jueces y asesores nombrados en el país;
- Que, dentro de ella, el Estado peruano ha ejercido en todo momento su derecho de defensa frente a las acusaciones formuladas en su contra;
- Que en el Perú se han violado muchas veces los derechos humanos de las personas, dejándoles como única alternativa la instancia supranacional;
- Que la CIDH ha resuelto en casos como los de los jubilados, trabajadores despedidos, personas injustamente detenidas, ejecuciones extra judiciales, desapariciones, etc., es decir que existe una diversidad de derechos protegidos por esta institución;
- Que también lo ha hecho en el caso de procedimientos autoritarios como el de los magistrados del Tribunal Constitucional destituidos, el retiro de la nacionalidad de Ivcher, el de Delgado Parker (que se presentó como víctima de un despojo), etc.
- Que en el caso de los muertos del penal Castro-Castro, el Estado peruano ha reconocido que hubo un crimen de lesa humanidad ejecutado por agentes estatales y digitado desde las más altas esferas del poder;
- Que eso señala responsabilidad en el gobiernote Fujimori, que en mayo de 1992 era una dictadura cuyas decisiones estaban concentradas en la presidencia y su principal asesor;
- Que en nada minimiza el crimen alevoso el hecho que algunos de los muertos fueran dirigentes de Sendero Luminoso, y tal vez lo haga más grave porque supone adicionalmente un abierto desacato a la justicia que había determinado la pena que le correspondía a esas personas;
- Que de 42 muertes, sólo 14 se produjeron en los primeros momentos de resistencia con los medios que se improvisaron por parte de los presos, ya nunca tuvieron armas en sus manos. Luego se produjo la rendición, que es cuando se realizan los asesinatos selectivos;
- Que de estos 42 muertos, sólo 8 estaban con sentencia, lo que quiere decir que no se habría probado la condición de subversivos de la gran mayoría. De los sobrevivientes, la mitad fueron declarados inocentes, y por lógica probablemente muchos de los ajusticiados eran también inocentes;
- Que la función de la CIDH es resolver sobre casos presentados, por lo que no cabe la figura del “olvido” del suboficial caído en la fase de enfrentamiento, como pretende cierta prensa. Y si existen beneficios incumplidos para sus familiares como se dice, eso ameritaría recurrir a la corte para exigir su cumplimiento;
- Que la Corte nunca resolvió que el Estado debía “homenajear al terrorismo”, sino la obligación de realizar “un acto público de reconocimiento de su responsabilidad”, que es una cosa totalmente distinta. Toda la discusión sobre este asunto es artificial y se debe a que desde el presidente para abajo mucha gente ha opinado sin leer la sentencia;
- Que en el orden del día de la Corte está el de las matanzas de El Frontón y Lurigancho en 1986, por órdenes de Alan García, a lo que el grandote ha estado queriendo escapar con el pretexto de la pena de muerte y ahora con el del “polémico fallo sobre el caso Castro-Castro”.

¡Qué importante sería realmente para el país poder discutir en condiciones de mínima equiparidad estos asuntos que nos competen de manera directa y que tienen que ver no con Sendero, sino con las relaciones entre nosotros, como lo prueban los titulares de estos días!

También sería fundamental escuchar las opiniones que no se conocen: (a) las de los familiares de los muertos, que expliquen los pasos se siguieron hasta llegar a la Corte, y saber quiénes son estas personas a las que se ha tildado de terroristas; (b) los sobrevivientes, especialmente los que fueron después declarados inocentes; (c) las autoridades peruanas que representando al Estado se allanaron a reconocer que hubo delito contra los derechos humanos, a los que se ha definido como “traidores”; (d) los miembros de la Comisión de la Verdad que investigaron el caso y fueron los primeros en calificar la existencia de un delito; (e) los jefes de la operación “Mudanza I” que saben cuáles fueron las órdenes impartidas sobre el trato que se debía dar a los presos; (f) los peruanos que han recurrido a la Corte para llevarle casos de derechos humanos y que saben como funciona este organismo para resolver las demandas.

Finalmente es urgente colocar en el debate la estrategia anti-subversiva del Estado y sus efectos sobre la democracia y los derechos humanos, y redefinir la posición del país ante el régimen de Alberto Fujimori, las violaciones de derechos humanos y la corrupción, frente a la verdadera traición que es la de García abrazado a Rey, Kuori, Keiko y demás personajes de la dictadura.

04-01-07

www.rwiener.blogspot.com